jueves, 29 de mayo de 2014

PROYECTO DE COMUNICACIÓN EXTERNA PARA UN CENTRO ESCOLAR

Hola a todos:


Los miembros de un grupo de trabajo esgrimiendo sus argumentos

Parece que fue ayer cuando comenzábamos este curso y ahora ya estamos haciendo trabajos en grupo y todo. Bueno, casi en serio, si alguien ha leído las entradas anteriores a este blog, y todavía tiene fuerzas para leer la que sigue, se encontrará con una especie de conclusión en la que se reúnen y se desarrollan algunos de los planteamientos de algunas de aquellas.

Dicho así parece que estoy incitando a ver otras páginas más interesantes y menos reiterativas. ¿Cuál es el truco?  El truco es que ahora hemos reunido aportaciones de varios de los sufridos aplicados alumnos del curso para obtener un resultado más interesante.

 Lo que sigue es el resultado de las aportaciones de, por orden alfabético,  Francisco Javier Cisneros, María Rosa Mate, Jorge Montiel y Pilar Ochoa, también conocidos por el nombre ¿artísticos? de Subgrupo C5.

 

Introducción

La necesidad de abrir los centros escolares hacia su entorno es, desde hace décadas, una idea-fuerza de todos los que aspiran a desarrollar un proyecto de renovación o de actualización educativa. Pero, además, la vida diaria de los centros escolares viene demostrando, especialmente en unos últimos años marcados por profundos cambios sociales y demográficos, la importancia que una comunicación fluida por parte de los centros hacia su entorno, en el sentido más amplio del concepto, tiene para sus fines educativos y que la obturación de los canales de esa comunicación suele estar emparejada con los problemas más graves a los que se puede enfrentar un docente, un alumno o el centro escolar en su conjunto.

Casi la totalidad de los centros de enseñanza ha desarrollado en los últimos tiempos su plan de comunicación, a veces convenientemente planificado, más frecuentemente como resultado de prácticas parciales, en principio casi experimentales o excepcionales que se han ido extendiendo y acumulando con el paso del tiempo en función de su utilidad demostrada. La elaboración de un plan general se plantea como necesaria para solucionar las insuficiencias de esos modelos y, sumando experiencias, establecer unos objetivos, a la vez ambiciosos y realistas, que deberán ser actualizados tras una conveniente evaluación de resultados.


Objetivos

  • Perfeccionar la información del centro y organizar una comunicación eficiente  entre los distintos miembros de la comunidad educativa.
  • Promocionar el centro educativo dando a conocer de forma directa sus planteamientos, condiciones, expectativas, actividades y resultados.
  • Fomentar nuevos canales de información para la comunidad educativa.
  • Establecer una estructura capaz de crear, coordinar, actualizar y mantener regularmente los diferentes canales de comunicación externa del Centro incluyendo su participación en las redes sociales.
  • Fomentar un modelo educativo participativo, que implique la colaboración activa del alumnado en su proceso de aprendizaje.
  • Conseguir una mayor implicación de los estudiantes en la vida escolar y en la faceta comunicativa del Centro.

Públicos

1.    Profesorado
2.    Alumnos
3.    Padres de familia o tutores
4.    Antiguos alumnos
5.    Secretaría del centro
6.    Otros centros educativos
7.    Empresas y organismos
8.    Público en general


Canales

  • Sitio Web institucional (referencia central)
  • Blogs de departamentos
  • Correo electrónico
  • Perfil de Facebook
  • Perfil de Twitter
  • Tablón de anuncios
  • Bibliotecas Diigo
  • Red Pinterest


Contenidos – Tono – Línea editorial

Los contenidos pueden ser tan amplios como la vida escolar, excluyendo tan sólo aquellos sobre los que no exista un consenso sobre su publicación. Por ejemplo, las calificaciones finales, como acto administrativo deben ser públicas; las calificaciones parciales dependerían de la voluntad y el acuerdo de los implicados. Por supuesto quedarían excluidas todas las informaciones privadas.

Los contenidos aportados deben intentar ceñirse a algunas reglas como se señalan en el Observatorio Tecnológico del Ministerio de Educación:
Familiaridad: utilizar estructuras, iconos o acciones que hayan sido ampliamente utilizadas con anterioridad. La originalidad y la novedad no van a facilitar la navegación.
Consistencia: las informaciones deben asignarse de forma homogénea, un mismo tipo de información debe asociarse a un medio y a un espacio para facilitar los hábitos automáticos del usuario.
Sencillez y claridad: hay que crear mensajes sencillos sin lugar a equívocos, que se perciban con un solo golpe de vista si es posible. Iconos, gráficos y otras ayudas a la navegación deben mostrar claramente su significado sin necesidad de explicaciones añadidas.
Comprobación: es ineludible tener en cuenta la opinión de los usuarios para mejorar nuestros diseños.

El tono de los mensajes debe adaptarse a los contenidos y a sus intenciones (pues no es lo mismo una comunicación administrativa sobre un plazo de matrícula, por ejemplo, que un mensaje que pretende fomentar la participación de los alumnos en una actividad) Ahora bien, parece conveniente que predomine un tono cercano, que incentive la consulta y la participación en los medios que ponemos a disposición de la comunidad escolar, y que en la medida de lo posible sea claro, amigable, motivador e informal (no confundir con provocativo o injurioso), reservando el tono neutro para los mensajes institucionales.

Las nuevas tecnologías han variado radicalmente el modo en el que consumismos información y nos relacionamos con otros, así que se favorecerá los distintos modos de comunicarse con los distintos públicos y las distintas redes sociales.  Los contenidos deben ser siempre oportunos y transparentes con el público para ofrecer la imagen que se espera de nuestro centro educativo.


Acciones

Teniendo en cuenta  los objetivos de este plan, las labores habituales de los responsables para mantener los canales de comunicación son las siguientes:

  • Consensuar dentro de la comunidad educativa las directrices generales de la comunicación (ideario, logotipo del centro, imágenes, modificaciones reglamentarias….)
  • Establecer un inventario de recursos disponibles para llevar a cabo el proyecto.
  • Diseñar un plan de formación que intente reducir las asimetrías tecnológicas de los miembros de la comunidad educativa.
  • Nombrar responsables del mantenimiento de este plan.
  • Establecer que información debe ser publicada necesariamente (parte institucional del plan de comunicación) y que cauces hay que habilitar para que se añadan el resto de informaciones potencialmente publicables por los miembros de la comunidad educativa.
  • Planificar, redactar y publicar las actualizaciones en las redes sociales, adaptando el mensaje a las características y necesidades de los servicios que se brinden.
  • Llevar un seguimiento de  cualquier duda o solicitud planteada a través de estos medios.
  • Establecer una evaluación a medio y largo plazo de los objetivos del plan y de sus ineficiencias. En ella se incluirán resúmenes estadísticos recoja la actividad del Centro en las redes sociales con el fin de analizar y evaluar la actividad generada y se recogerán también sugerencias e impresiones de particulares.



CRONOGRAMA DE APLICACIÓN DEL PLAN


Responsables y recursos

Dado que estamos hablando de centros de educación pública, que se rigen por la normativa de cada CCAA, existe un responsable TIC del centro que con el Secretario se encargará de los aspectos logísticos del plan, además tendría que haber un coordinador para cada uno de los medios utilizados. Pero un proyecto de estas características exige la implicación de un amplio número de profesores (y de alumnos) para evitar que el cambio de personas (o el cansancio de éstas ante la soledad de determinadas tareas) acabe con el proyecto o lo deteriore de forma irreversible.

Este es uno de los puntos débiles del plan pues es un un hecho que este proyecto aumenta la carga de trabajo del profesorado pues supone mucho tiempo de dedicación extra, en unos momentos en los que los profesores están al límite y los equipos directivos tienen multiplicadas sus labores y aumentadas sus horas lectivas.

Por otro lado en cuanto a los recursos podemos mencionar que la dotación es limitada para el gasto que supone implantar y estar actualizados por lo que se propondrá a los alumnos, padres y profesores que algunos recursos  sean particulares.


Propios del centro:
  • Ordenadores
  • Conexión a Internet con  red wifi  de acceso limitado.


Particulares:
  • Tabletas
  • Ordenadores portátiles
  • Dispositivos móviles  


Esto es todo amigos. Hasta la próxima.

lunes, 26 de mayo de 2014

IDEAS PARA REGLAMENTAR EL USO DE REDES SOCIALES EN UN CENTRO ESCOLAR



Todas las informaciones, estudios sociológicos, encuestas, artículos costumbristas, etc., coinciden en explicarnos que el uso de dispositivos electrónicos de comunicación, y en especial el uso de smartphones, es un hecho casi universal entre los adolescentes y que la edad de inicio en el empleo de estos instrumentos se adelanta cada día.

Moisés, crecido al acercarse al final del curso,
 propone un nuevo decálogo
En la escuela, al menos los que ya peinamos canas, hemos visto esa evolución con preocupación, pues identificábamos esos aparatos fácilmente camuflables y de asombrosa versatilidad con una posibilidad, elevada a la enésima potencia, de que nuestros alumnos se distrajeran y perdieran el hilo de nuestros esfuerzos docentes.

Pero es evidente que estos dispositivos, u otros similares, son, entre otras cosas, una poderosa herramienta de comunicación y que si sabemos aprovechar sus potencialidades podemos favorecer el trabajo en grupo, el intercambio e interacción de informaciones entre alumnos y profesorado, la implicación activa del alumnado en el proceso de aprendizaje… En definitiva, podemos convertir esas herramientas en potentes instrumentos para el aprendizaje.

Hasta hace poco, la desconfianza hacia la tecnología (el “complejo de Frankenstein” que decía el difunto Isaac Asimov) ha favorecido la solución prohibicionista. Los Reglamentos de Régimen Interno de la inmensa mayoría de los centros prohíben el uso de dispositivos electrónicos en los recintos escolares (situándolos al mismo nivel prácticamente que el tabaco), la administración limita el acceso a las RR SS en sus ordenadores y… alumnos y profesores hacen lo que pueden, y a veces lo que no deben, para saltarse esas limitaciones.

Parece evidente que pese a todos nuestros esfuerzos limitadores las dispositivos portátiles de todo tipo van a sustituir otros medios de trabajo y comunicación, y no sólo no podemos ignorar este hecho sino que tenemos que aprovecharlo para nuestros fines, teniendo como objetivo prioritario formar a nuestros alumnos en el uso polifacético de un medio que conocen, pero sólo parcialmente, y en el empleo responsable de sus posibilidades.

El problema que se nos plantea es cómo invertir la marea prohibicionista. Si hacemos una reflexión de futuro es posible que veamos un horizonte en el que entendamos los dispositivos electrónicos como un medio similar al que hoy son un bolígrafo o un cuaderno y por lo tanto su uso sea libre, como lo es la escritura, sin más límites que lo que supondría un uso incorrecto o dañino de dicho instrumento. Vamos como cuando ahora vemos un rótulo en una pared del centro en el que se alude a las dudosas cualidades morales de algún alumno o algún profesor.
Pero en el presente, en el uso de las redes, o del Smartphone o de una Tablet predomina la tensión que generan sus usos incorrectos por lo que tenemos que ser especialmente cuidadosos con su uso para darle un toque de “respetabilidad” que mitigue las reticencias de los menos entusiastas. A estas consideraciones habrá que añadir otras regulaciones que tienen que ver con razones de tipo técnico y económico.

A continuación proponemos algunas de las normas–guía en las que podría basarse esa reglamentación:

  1. El uso de las RR SS debe partir de la diferenciación de sus diferentes posibilidades (personales, privadas, públicas, laborales, de aprendizaje, informativas, lúdicas…). A partir de ahí debemos considerar que el principal uso de los dispositivos personales de comunicación en el centro es educativo. Su uso por motivos personales debe ser excepcional. No está justificado su uso en las clases para el  entretenimiento personal o como excusa para la interrupción del proceso educativo.
  2.  El uso de dispositivos personales durante las clases es competencia y responsabilidad  de los directivos y los profesores.  El alumno debe  usar su dispositivo siguiendo las indicaciones del profesor que lo supervisa.
  3. En las redes sociales y el trabajo que se genere a través de ellas se debe utilizar un lenguaje respetuoso con la lengua y sus normas ortográficas y gramaticales. No se exige un vocabulario formal, pero sí respetuoso con los otros usuarios, y debe evitar los comentarios hirientes y malintencionados.
  4. Es conveniente responder a las cuestiones y comentarios que se planteen al usuario.
  5. No hay que copiar contenidos de otros usuarios sin permiso. Se debe citar siempre la fuente de procedencia y el autor de los contenidos que utilizamos. Es importante leer la política de privacidad y el aviso legal, ya que se especifica las normas legales de la red social. En caso de duda sobre esas normas legales hay que consultar al profesor.
  6. No pueden usarse dispositivos móviles para acceder a contenido que dañe la intimidad, el honor o la autoestima de los usuarios. Si se descubre algún contenido de estas características es necesario avisar inmediatamente al profesor  responsable. Esta actuación debe aplicarse también en caso de duda.
  7. Nunca se deben desvelar nuestras contraseñas a nadie para evitar suplantaciones. No deben publicarse datos personales porque es muy probable que escapen a todo control del interesado
  8. Hay que ser consciente de la reputación propia en las RR SS. Todo lo que aportas proyecta información sobre ti a los demás y en muchos casos no puede limitarse su difusión. Por ese mismo motivo hay que configurar la privacidad de las redes sociales en las que participas de acuerdo con tus expectativas..
  9. El alumno es responsable del cuidado y mantenimiento de su dispositivo personal y del uso correcto del mismo. El centro no se responsabiliza de la pérdida, deterioro o robo de los dispositivos de los alumnos. No es obligación del docente atender a los fallos técnicos de los dispositivos de los alumnos. En caso de robo, daño o extravío del su dispositivo el el alumno debe comunicarlo a su profesor o a la dirección del centro a la mayor brevedad posible.
  10. Los padres o tutores de los alumnos deben dar  permiso al Centro para la publicación de todo tipo de materiales (vídeos, fotos, comentarios, etc.) hechos por los alumnos menores de edad. Los alumnos precisa de autorización de sus responsables para difundir fotos, videos o cualquier  otro material de otros alumnos o de otros miembros la comunidad educativa por medio alguno.

martes, 20 de mayo de 2014

REFLEXIONES SOBRE UN PLAN DE COMUNICACIÓN EN UN CENTRO ESCOLAR




Postmark, Pony express, 1860, Westbound

“Lo bueno, si breve, dos veces bueno” es un conocido proverbio de Baltasar Gracián. Otro menos famoso dice “Hase de hablar como en testamento, que a menos palabras, menos pleitos”. El que tenga aliento para leer lo que sigue puede deducir que tengo poco respeto por la sabiduría de aquel jesuita díscolo y casi paisano mío, pero sobre eso ya hablaremos al final, si alguno llega. Ahora pasemos a lo nuestro.

La necesidad de abrir los centros escolares hacia su entorno es, desde hace décadas, una idea-fuerza de todos los que aspiran a desarrollar un proyecto de renovación o de actualización educativa. Pero, además, la vida diaria de los centros escolares viene demostrando, especialmente en unos últimos años marcados por profundos cambios sociales y demográficos, la importancia que una comunicación fluida por parte de los centros hacia su entorno, en el sentido más amplio del concepto, tiene para sus fines educativos y que la obturación de los canales de esa comunicación suele estar emparejada con los problemas más graves a los que se puede enfrentar un docente, un alumno o el centro escolar en su conjunto.

Casi la totalidad de los centros de enseñanza ha desarrollado en los últimos tiempos su plan de comunicación, a veces convenientemente planificado, más frecuentemente como resultado de prácticas parciales, en principio casi experimentales o excepcionales que se han ido extendiendo y acumulando con el paso del tiempo en función de su utilidad demostrada.

El resultado de estas prácticas ha dado lugar a unos sistemas de comunicación muy variados de un centro a otro y con un punto débil, la dependencia de determinadas personas comprometidas con algunos aspectos de esa tarea. La desaparición de los voluntarios, por jubilación, traslado o cansancio, llevan en muchas ocasiones a la cancelación de algunos de los canales creados (todos hemos encontrado, por ejemplo, hermosas páginas web de algunos centros con el correspondiente epitafio. “última actualización 29-6-2007”).

Por lo tanto, establecidas estas consideraciones, podríamos resumir diciendo que el establecimiento de un plan de comunicación en los centros docentes es necesario por sus intenciones y objetivos y también por la necesidad de establecer unos protocolos de actuación que no dependan del activismo de un “hero of teaching” sino que sean un conjunto de recursos asumidos y empleados por la comunidad escolar en su conjunto.

Señalado este punto de partida empieza lo difícil: ¿Qué objetivos fundamentales perseguimos con un plan de comunicación basado en las nuevas tecnologías?

Ya hemos dicho que cuando establecemos un plan de comunicación entre el centro, las personas que desarrollan en él su trabajo y su entorno, intentamos reforzar un elemento que, como nos demuestra la experiencia diaria, es decisivo para mejorar el desarrollo de la actividad educativa.

Si además ese plan está basado en las nuevas tecnologías y es impulsado por el equipo directivo con el concurso de la comunidad educativa estamos exhibiendo una carta de presentación que habla un centro moderno y bien gestionado, con las consecuencias evidentes y positivas que esa imagen puede tener para su actividad.

¿Cómo se reflejarían esos objetivos en los diferentes sectores del entorno educativo?

Para el centro, entendido como institución y comunidad, sería como apuntábamos más arriba un medio para dar a conocer su actividad, cotidiana y extraordinaria, más allá de sus paredes y sin intermediarios. La imagen que el centro ganaría en transparencia y cercanía eso sí, a costa de una mayor exposición pública.

Para los profesores el desarrollo del plan tiene una ventaja por encima de todas las demás y es la posibilidad de relacionarse directa e inmediatamente con su entorno, una condición fundamental para la resolución de problemas, formativos y de convivencia, antes de que se enconen. Ahora bien esa ventaja tiene un precio, y no necesariamente pequeño, que empieza por un potencial aumento de trabajo y por la necesidad de establecer, y seguir, un protocolo de actuación y una planificación más precisa del trabajo docente que puede provocar cierto encorsetamiento formal.

A los alumnos, el plan de comunicación que incorpora las redes sociales les aporta seguridad en cuanto a la disposición de informaciones sobre la vida del centro, acceso a los materiales necesarios para su proceso de aprendizaje y un canal directo de consulta con sus profesores. También aumentarían las posibilidades de colaboración entre iguales. Además el uso de las redes sociales en relación con su trabajo les dará a conocer una faceta que, como nos dicen las encuestas, no es la más utilizada y que les será necesaria sin duda en un futuro casi inmediato. El plan también podría establecer canales para facilitar la expresión de los problemas e inquietudes de los alumnos y para aprender a hacerlo de una forma adecuada y conveniente. Los riesgos del uso inadecuado de estos medios por parte de algunos alumnos (algo casi inevitable según muestra la experiencia) sería el peaje más probable en este aspecto.

Por último, para las familias el plan de comunicación abre la posibilidad de estrechar sus relaciones con el proceso educativo. Su conocimiento del centro, de sus logros y de sus problemas, será mayor y aparecerá una posibilidad de implicación y de participación con la que podría superarse la comunicación unidireccional que impera actualmente en la mayoría de los casos.

Un plan de estas características también plantea problemas generales. El más evidente el que se deriva de la asimetría  tecnológica de los miembros de la comunidad escolar, que  exigirá la convivencia de los canales tradicionales en paralelo a los derivados de las nuevas tecnologías con la probable duplicación de esfuerzos (además no podemos caer en ingenuidades como la de la desaparición del papel mientras las leyes y los reglamentos le sigan dando un protagonismo absoluto en los actos administrativos).

Del mismo modo, la implantación de un plan de comunicación exige, al menos de inicio, un compromiso de aprendizaje y uso que supone un aumento del trabajo individual y colectivo, voluntarismo, falta de recompensas (en especie o metálico).

Por último, está el riesgo de desgaste que un exceso de información y la sobreexposición del centro y de sus profesores puede provocar a medio plazo.

De lo que acabamos de decir se desprende que no todos los participantes en esa red de comunicación tendrán interés en las mismas informaciones y que no todas las informaciones deberán alcanzar a todo el público potencial de la red. Este planteamiento, más o menos evidente, exige una detallada clasificación de la información en distintos “círculos” de acceso.
Hay materias y datos que pueden tener alcance universal, por ejemplo, los datos generales de matrícula, los planes de estudios del centro, los materiales escolares que se utilizan, las actividades culturales y extraescolares que se programan, etc, por supuesto, también aquellos de los que las leyes y la reglamentación vigente exigen su publicidad.

Otros asuntos tendrán necesariamente que tratarse casi como asuntos particulares estando a disposición de un número restringido, e interesado, de personas. Podemos señalar como ejemplo especial de esta información restringida los asuntos relacionados con los problemas de convivencia (curioso eufemismo) y sus consecuencias disciplinarias, de las que debe asegurarse  su borrado periódico en función de la normativa al respecto, pues, de lo contrario estamos corriendo el riesgo de estigmatizar a un alumno más allá de su evolución personal. Algo similar, aunque distinto, sucede con las evaluaciones psicológicas que, por su naturaleza, deben estar siempre al margen de una difusión por error.

También merecen una mención particular los materiales procedentes de la elaboración personal de profesores o colectiva de departamentos que debe tener el tratamiento que exijan sus autores (derechos y limitaciones de uso, copyrigth, etc.).

Por último, nos encontraremos con determinadas informaciones que por sus características y por su utilidad tendrán, digamos, un carácter mixto. Por ejemplo, las actividades referidas a un grupo de alumnos en concreto pueden tener interés para ese grupo, pero sólo ocasionalmente, para el conjunto de la comunidad educativa. Por razones de funcionalidad y eficacia sería poco operativo que en un centro, pongamos de 26 grupos con 9 disciplinas de media cada uno, se distribuyan todas las informaciones sin discriminación. (Un mensaje por miembro de un grupo y asignatura supondrían 260 informaciones diarias, si uno de cada 5 alumnos hace una consulta o intercambia una información, los mensajes se elevan a 410, si el profesor responde a la mitad de esas consultas, rondamos los 500 mensajes diarios en un día normalito). Por lo tanto es preciso establecer canales de comunicación reservados que eviten una sobrecarga de información.

Hay que establecer por lo tanto diferentes canales para cubrir las diferentes necesidades. El punto de partida podría ser la página web del centro, que en la mayoría de los casos ya existe, en la que aparecerían las informaciones generales (calendario de actividades, características del centro, etc.),  y donde anidarían los enlaces de las diferentes redes sociales y utilidades en las que participe el centro. Entre ellas habría que habilitar el acceso a un almacén de información (Dropbox, Drive…), que podría organizarse por cursos o por departamentos y que podría asociarse a bibliotecas de recursos (Diigo). Para el contacto directo con los alumnos y las familias podríamos potenciar el uso de Twitter como vehículo público fundamental. Para la comunicación privada el medio más adecuado sería el correo (Gmail). También sería importante desarrollar un espacio para ver la actividad del centro y de sus participantes (Pinterest). Por último podríamos establecer la existencia de blogs participativos tanto a nivel general del centro, de sus actividades específicas (fotografía, revista, teatro, deportes…) y de los aspectos docentes (grupos y/o asignaturas y/o departamentos).

Por fin hemos terminado pero, para justificar la extensión de lo que precede, no nos iremos sin decir algo más de nuestro admirado Gracián que, pese a sus consejos literarios, tenía tal afición a la escritura (y a publicar lo que no debía) que sus superiores acabaron penitenciándolo con una dieta de pan y agua y privándole de papel y tinta (que eso sí que duele). ¿Alguien duda de lo que hubiera disfrutado el hombre con un blog en sus manos?

Hasta pronto.

domingo, 11 de mayo de 2014

REFLEXIONES SOBRE UNA ENCUESTA


Hola:

Heme de nuevo aquí, cuan galeote atado al duro banco de mi blog, para comentar algunos aspectos de los resultados de la encuesta que, aprovechando nuestro paso por este curso de redes sociales, planteamos a compañeros, alumnos o familiares de nuestros alumnos. Pues comenzamos.


Para empezar, hay que tener en cuenta que la encuesta no perseguía  desde el principio tener un valor científico sino ser un vehículo para reflexionar sobre el uso de internet y las redes sociales en el ámbito escolar. Sabido esto, debemos añadir que, además, el planteamiento de la encuesta, que se planteaba y se resolvía mediante un envío de correo electrónico, excluía de cualquier posible respuesta a los posibles marginados del mundo digital, lo que introduce en sus resultados un claro sesgo tecnológico  y deja un área oscura que no podemos cuantificar.
File:Rorschach inkblots.jpg
¿Preguntas y respuestas?
Por otro lado, esa zona oscura no es despreciable pues si consultamos los datos del Ministerio de Industria veremos que casi una tercera parte de los hogares españoles carecen de acceso a internet, mientras que en nuestras respuestas esa proporción desciende en todos los casos por debajo del 10%.

Otro elemento que tenemos que considerar previamente es el importante desequilibrio que, dentro de las contestaciones, hay entre las familias y el resto. La contribución de las familias supone una cifra que bordea la tercera parte de las respuestas de profesores y alumnos, lo que también introduce algunas dudas sobre el carácter más o menos significativo de los datos.

Dicho esto, centraremos nuestro comentario de los datos en los usos que dan a internet y redes sociales aquellos de nuestros entrevistados que ya  están comprometidos con el uso de la tecnología.

El uso cotidiano de  internet vemos que es algo habitual en todos los sectores encuestados. Alrededor de 9 de cada diez  respuestas nos señalan su uso diario. Lo que ya no es tan unánime son los usos de las conexiones ya que encontramos diferencias significativas entre los alumnos, que centran su actividad en la comunicación con su entorno de amistades o familiar y en actividades de distracción (videos, música), ambas actividades las desarrollan el 70 % de los alumnos encuestados.

Por su parte, familias y profesores centran su acción en la búsqueda de información (75% y 78% respectivamente). Los profesores también en un porcentaje muy elevado se informan y trabajan con este medio (78%) y utilizan el correo (70%). Es evidente que, por razones de edad, de disposición anímica y de tiempo libre, los componentes lúdicos predominan entre los alumnos, mientras los profesionales lo hacen entre los docentes. También parece interesante  el uso relativamente escaso del medio (40%) por los profesores para comunicarse con su entorno familiar o de amistad[i].

Llama la atención el bajo uso comercial y administrativo de internet, contra la tendencia que señala el Informe de Telefónicasobre la sociedad de la información que señala como tendencia el incremento del modelo comercial y de la Administración comercial, pero es cierto que debemos matizar este resultado pues es evidente que para la mayoría de los mortales es más habitual el empleo de  cualquier cosa para trabajar que para sacar dinero del banco o es más frecuente hablar con los amigos, por el medio que sea, que realizar compras de relativa entidad.

En el terreno de las redes sociales la frecuencia de uso es también elevada pero se aprecia una diferencia mayor que en el capítulo de internet a favor de los alumnos que obtienen 14 puntos de distancia con respecto a los profesores. Esa diferencia se acusa todavía más en lo que se refiere a la tenencia de un perfil en redes sociales que es casi universal entre los alumnos (85 %) frente al 58% de los familiares que han respondido. La cuestión de nuevo puede entenderse como una diferencia generacional, pero con un matiz respecto a la conclusión que extrajimos al hablar del uso de internet y es que, en esta ocasión, ya entra en juego el  carácter reciente de las redes sociales, mucho más asequibles para los “nativos” digitales que para aquellos que se han adaptado como visitantes al mundo digital.

En el uso de las redes sociales también encontramos rastros de esa diferencia. Los alumnos practican con un uso diario de ellas mientras que familias y profesores, aun presentando un uso habitual importante que supera el 50 % con creces, se sitúan a 20 puntos de distancia.

Las redes sociales se utilizan principalmente en los tres grupos para uso personal, aunque tampoco es despreciable el uso mixto, personal y profesional, que vemos entre profesores y alumnos, que ronda el 30 %. La herramienta que reina entre las redes sociales es Facebook , aunque el uso de Twitter está muy extendido entre los alumnos. También triunfan WhatsApp, aunque el uso entre las familias es extremadamente bajo, y en menor medida Skype, y en ambos éxitos queremos ver poderosas razones económicas que justifican ese auge.

Los usos de las redes sociales vienen a reforzar los señalados para internet pero con algunos matices. Las redes son terreno para la sociabilidad  y en eso coinciden jóvenes y los mayores. El trabajo tiene una presencia marginal para los alumnos  pero es relevante (77%) entre los profesores. Curiosamente este dato entra en cierta contradicción con ese 77 % de los alumnos que afirman usar internet para estudiar, aunque dicha contradicción comienza a tener explicación si vemos la llamativa diferencia que existe entre ese 87%(¡) de profesores que usan internet para preparar sus clases  y ese 28% que utilizan las redes sociales.

Para finalizar este análisis también parece relevante la escasa implantación de internet y redes sociales como vehículo de comunicación entre los diferentes sectores y miembros de la comunidad escolar.

¿Qué conclusiones podemos sacar de estos datos? Sin ánimo de ser exhaustivo, podríamos decir en primer lugar que el uso de las nuevas tecnologías es una tendencia social que camina hacia la universalización y que, salvo catástrofe, su implantación seguirá creciendo y haciéndose más cotidiana. Segundo, que la diferencia de uso general de estas herramientas entre los diferentes sectores analizados no es tan grande como puede suponerse a priori, existen diferencias de edad, que probablemente serían más amplias con una muestra menos sesgada, y sobre todo existen diferencias de uso. Por último señalar que parece evidente que existe una necesidad generalizada entre los alumnos de aprender los usos profesionales de las redes sociales y de internet y que el primer paso para ello, antes incluso de plantearlo como una cuestión de aprendizaje en el aula, es utilizar estos medios como ellos ya lo utilizan, como vehículo de comunicación entre la escuela y el alumno.

PT. Aunque creo que me he enredado más de la cuenta no puedo dejar en el tintero, porque nunca sobra cuando uno analiza datos estadísticos, una frase que muchos atribuyen a Mark Twain y otros a Winston Churchill, pero que en realidad es fruto del ingenio de Benjamin Disraeli, primer ministro conservador de su Graciosa Majestad en el siglo XIX, que venía a decir: hay mentiras, grandes mentiras y estadísticas.

 Un saludo.




[i] ¿Será cierta la leyenda de que algunos profesores somos algo misántropos?




sábado, 10 de mayo de 2014

APLICACIÓN DE LAS REDES SOCIALES EN UNA UNIDAD DIDÁCTICA DE HISTORIA Y CULTURA DE LAS RELIGIONES

Hola a todos:

Creo que si alguien ha leído mis pobres posts se habrá dado cuenta de lo que estoy disfrutando con el curso de formación sobre redes sociales. Pues bien, dentro de las tareas recreativas que forman parte del curso ha llegado la hora de hacer una de las actividades que más entusiasman a los docentes intuitivos: hay que plantear una unidad didáctica en la que se incorpore el uso de las redes sociales. El resultado de mis torturadas reflexiones al respecto es lo que sigue.

Todo empieza con una conexión digital

TÍTULO: RELIGIÓN Y SOCIEDAD.

NIVEL: 4º Curso de Educación Secundaria Obligatoria

OBJETIVOS:
§  Establecer las relaciones existentes entre hábitos y costumbres sociales y práctica religiosa en distintos modelos sociales contemporáneos e históricos.
§  Analizar el diferente impacto de las creencias religiosas en la vida cotidiana según el modelo religioso dominante.
§  Desarrollar habilidades cooperativas en la elaboración de un trabajo colectivo con resultados individuales.
§  Practicar con el uso de redes sociales, descubrir sus posibilidades y avanzar en un manejo eficiente de las mismas.

MATERIA: Historia y Cultura de las Religiones.

TIEMPO EN EL AULA:
§  La actividad se plantea para un trimestre completo, aproximadamente 25 sesiones.

RECURSOS:
§  Aula de ordenadores en red y con acceso a internet , pizarra digital.

DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD:
§  Tras la asignación de los principales campos de búsqueda (religiones monoteístas del Mediteráneo, prácticas religiosas orientales, religiones politeicas de la Antigüedad, la realidad contemporánea, etc.), en grupos de cuatro alumnos, la primera sesión se dedicará a que los diferentes grupos establezcan su ámbito de investigación teórica y se repartan las tareas entre sus miembros.
§  En las dos sesiones siguientes el profesor y los alumnos diseñan las herramientas que utilizarán en su trabajo, fundamentalmente la construcción de un blog, en el que se aportarán las conclusiones finales de la empresa, el uso de una biblioteca para centralizar la información recogida (Diigo) y una tabla en Pinterest donde recogeremos las imágenes más significativas para nuestro trabajo. También crearemos una lista en Twitter en la que los alumnos irán incorporando las diferentes festividades religiosas que se vayan produciendo a lo largo de la duración del trabajo y en la que cada alumno participará en función de la tarea que tenga asignada, incorporando algún enlace referente a la festividad en cuestión.
§  En las siguientes sesiones los alumnos recopilarán la información necesaria y suficiente y comenzarán paralelamente a estructurar y definir su trabajo con la supervisión y la orientación crítica del profesor. Si procede comenzarán a elaborarse posts sobre aspectos concretos de nuestra tarea.
§  Las cuatro últimas sesiones servirán para  exponer mediante una presentación ante el resto de los compañeros los diferentes trabajos y para elaborar desde la dicha presentación los post finales del trabajo.

EVALUACIÓN:
§  La evaluación será individual y tendrá en cuenta tres aspectos:
§  EL resultado final del trabajo en cuanto a sus contenidos ( 25 %)
§  La calidad de la exposición y los aspectos formales del trabajo (20%)
§  La evolución en el manejo de las herramientas utilizadas y su utilización al final de la unidad didáctica. (25 %)
§  La implicación de los alumnos en el proceso de elaboración, en especial la colaboración con el resto de los compañeros y su disposición a progresar en el manejo de los procedimientos y de la información encontrada (30%).


Eso es todo por hoy. Siento no poder hacer una valoración de los resultados porque para ello habrá que esperar probablemente al curso que viene, pero puede ser un buen punto de partida para una experiencia más elaborada.